26.11.10

Sobremesa

Diana se sienta lentamente en la mullida butaca mecedora, como cada domingo después de comer. Toma el libro que ha dejado abierto encima de la mesita, lo apoya en sus rodillas y se ajusta bien las gafas de leer. Antes de comenzar su lectura, respira profundamente y cierra los ojos.
Recuerda cuando era más joven y su cabello era negro azabache, oscuro como el carbón. Sus piernas. aún esbeltas y jóvenes, deseaban que llegara el sábado para salir, bailar, correr y navegar por esas locas noches llenas de estrellas y sueños.
Recuerda sus broches de colores, esas graciosas faldas con vuelo por las que su madre pasaba tardes y tardes cosiendo para luego romper en sonrisas cuando ella se las probaba.
Recuerda tardes con el mismo olor que desprende su pelo al sol, mientras un amigo tocaba la guitarra y otro quizás fumaba a escondidas.
Ahora tuerce el gesto, porque también recuerda momentos empañados por las lágrimas en los que quiso volver atrás y deshacer algo, cambiar el pasado, seguir siendo joven.
En ese momento, su nieta abre el pesado portón difícilmente con sus apenas siete añitos. La ve, sonríe y corre hacia ella.
 - ¡YAYA! - grita.
Y salta, y se abraza a su cuello. Diana percibe ese olor a inocencia y golosinas que desprende. Se separan, y su nieta abre la mano y le ofrece un bombón envuelto aún pero medio derretido. Quizás le haya sobrado, o quizás lo ha guardado especialmente para ella.
La ve alejarse a la carrera mientras el chocolate se funde lentamente en su boca, y piensa que no hay nada que podamos arreglar del pasado que tenga un sabor más dulce que lo que nos queda por vivir.
Por breve que sea.

6 comentarios:

  1. Entré de lleno en la historia.
    Hasta el bombón me supo a chocolate. Abrazos

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  2. Intensaente breve y bello, como los buenos momentos.

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  3. Hmmmm... una "pequeñez" muy linda y dulce... ¡y muy cierta!!

    :D

    Muchos besos.

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  4. Cuánta razón tienes y qué bonita forma de expresarla.

    Un besito.

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  5. Ese amor tan distinto y tan mágico a la vez.....

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  6. Me gusta, me gusta, tus palabras y hasta tu blog. Buen trabajo.

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